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'Yo sé Que Soy un Milagro': Paciente del Jennie Edmundson Prospera después del COVID-19
Published: Nov. 25, 2020En un cálido dia en Setiembre, Morris Sandoval llegó al Hospital Regional St. Anthony en Carroll, Iowa.
El estaba alli para sus citas de fisioterapia y terapia ocupacional quincenales destinadas a ayudarlo a recuperar la fuerza y la destreza manual que perdió mientras estuvo enfermo con COVID-19.
Morris llegaba tarde pero no podía explicar fácilmente poqué. No se había olvidado ni se había retrasado. Simplemente no salió de su casa en Denison a tiempo. Desde que venció la enfermedad, dijo, que su mente ha estado luchando por recuperarse también. A veces siento que mi cerebro está trabajando en camara lenta.
Morris rápidamente se puso a trabajar con una terapista ocupacional, empezando con un ejercitador de pedal de mano antes de pasar a un entrenamiento de cuerda pesada más exigente. Luego pasó a levantar pesas de 10 libras dentro y fuera de plataformas elevadas – un ejercicio destinado a similar su trabajo en la planta de hielo seco en Denison.
“¿Como te sientes?” Chris Josko, OTD-RL, preguntó en la siguiente estación mientras Morris agarraba y torcia una barra de goma corta.
“Cansado,” dijo con una sonrisa entre respiraciones profundas. Luego siguió adelante con determinación.
Considerando donde había estado Morris, esto no era nada. Después de todo, mientras yacía en una cama del hospital Methodist Jennie Edmundson tres meses antes, su familia se preguntaba sí incluso sobreviviría.
Una Enfermedad que Cambia la Vida
La vida era buena para Morris y su esposa Rebeca Ayala, en la primavera del 2020. Su negocio de renovación de viviendas iba bien y había aceptado un trabajo en la planta por los beneficios de seguro médico. Siempre en movimiento, Morris tenía planes para terminar de remodeler su casa estilo victoriano en ese año.
“Estaba acostumbrado a hacerlo rápido y fuerte, siete días a la semana, “el padre de cinco y abuelo de dos dijo. “Me sentía feliz. Todo estaba realmente bien.”
En Mayo, el mundo de la familia se puso al revés. La hija de Morris y su yerno se enfermaron, y pronto Morris y Rebeca estaban experimentando fiebres, escalofríos, dolores de cabeza y diarreas. El 16 de Mayo, Morris de 44 años dió positivo a COVID-19.
“Pensé que sería como un resfriado,” dijo Morris, que por lo demás estaba saludable. “Pero no fue así.”
Rebeca y el resto de la familia se recuperaron mientras se aislaban, pero la condición de Morris se empeoraba. El empezó a tener problemas de respiración y se sintió deshidratado. El 27 de Mayo, fue llevado en ambulancia al hospital de Denison donde los doctores determinaron que sufría de un síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS) – acumulación de liquidos en sus pulmones. Con los pulmones de Morris fallando, los médicos lo pusieron en un ventilador. Cuando Morris perdía el conocimiento, vio a Rebeca y su cuñado, mirándolo a través de una ventana del hospital.
“Eso fué mi último recuerdo.”
Más Preguntas que Respuestas
Más tarde ese mismo día, Morris fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos de Jennie Edmundson, donde el neumólogo Sumit Mukherjee, MD, dirigía el equipo que cuidaba por Morris y otros pacientes con COVID-19. Inmediatamente se pusieron a trabajar, utilizando los últimos tratamientos, incluido el plasma convalescent de los sobrevivientes de COVID-19 y el medicamento antiviral remdesivir.
“Definitivamente estaba en un proceso de evolución, y el libro de jugadas se estaba escribiendo a medida que avanzábamos en esto.” dijo el doctor Mukherjee. “El recibió todo lo que sabíamos que funcionaba para COVID-19.”
Con la ayuda de un ventilador, Morris estaba vivo. Pero él estaba muy sedado y no estaba lúcido. Rebeca llamó al hospital todos los dias para recibir noticias de su esposo y viajó de Denison a Council Bluffs todos los dias para estar al lado de Morris después de que sus precauciones de aislamiento de COVID-19 terminarán a mediados de Junio.
A medida que los dias se extendían en semanas, hubo más preguntas que respuestas. ¿Morris podría recuperarse? ¿Alguna vez volvería a casa? ¿Sobrevivirá?
La familia de Morris y el personal de cuidados intensivos estuvo como en una montaña rusa durante semanas. Hubo varias conversaciones sobre los objetivos del cuidado de Morris y sí se estaba haciendo más daño que bien.
“Pero yo no podía decir que estaba controlado,” dijo el Doctor Mukherjee.
Morris podría estar sin responder un día. Otro día apretaría los dedos juntos debilmente.
“Fue suficiente decir que tenemos que seguir luchando y seguir adelante .” dijo el Doctor Mukherjee.
‘La Voz para los Pacientes Latinos’
Durante los días malos y alentadores, Rebeca encontró fuerza en los miembros del personal de Jennie Edmundson. entre ellos estaba Julia Tyson, una Intérprete del Lenguaje Español, que ayudó a Rebeca durante conversaciones profundas con miembros del personal médico sobre el cuidado de Morris.
Tyson se describe a sí misma como “La Voz de los Pacientes Latinos.” Pero ella hizo más que ser el puente de comunicación, dijo Rebeca, quién junto con Morris, creció en el Salvador. Las dos mujeres se unieron durante ese tiempo, hablando sobre la personalidad de Morris, sus familias y los platos peruanos favoritos de Tyson.
“Ella era como de la familia porque nadie más podía estar conmigo durante ese tiempo,” dijo Rebeca.
Tyson vio un vínculo aún más fuerte cuando Rebeca y Morris estaban juntos.
“La fuerza y la fe que tenía Rebeca en que su esposo se recuperaría de este virus – Pude sentir su fe, “dijo Tyson. “La forma en que ella le hablaba, mostraba que realmente amaba a su esposo.”
Oraciones Contestadas
El 17 de junio Morris fue trasladado brevemente al Hospital Metodista para someterse a una traqueotomía. Regresó al Hospital Jennie Edmundson al día siguiente y mostró algunos signos positivos – pequeños movimientos, incluido el alzar las cejas.
“Eso nos dijo que tal vez él estaba allí,” dijo el Dr. Mukherjee.
Pero en los días siguientes, Morris volvió a su estado de confusión y falta de respuesta, incluso cuando el personal le bajo los medicamentos y sedantes. El doctor Mukherjee temía que Morris pudiera haber sufrido una lesión cerebral por falta de oxígeno. Los exámenes mostraron que la actividad cerebral estaba lenta, pero nada concluyente.
Rebeca admitió que empezó a dudar. Se preguntaba sí Morris saldría vivo del hospital.
“Hubo momentos en los que pensaba, ‘¿Dónde está Dios?” dijo Rebeca. “Es algo que estaba pensando en esos momentos, pero mi fe era fuerte. Y mantener esta fe me hizo sentir que él iba a superar esto.
El 29 de junio, sus oraciones fueron contestadas.
“Abrió los ojos, y le pregunté, “Si me conoces alza las cejas.”
Y lo hizo.
Rebeca llamó a la enfermera de cuidados intensivos Amy Waldstein, BSN, RN al cuarto. Juntas, pidieron a Morris que apretara sus manos. Debilitado después de más de un mes luchando contra el COVID-19, no respondió. Pero cuando se le pidió que alzara sus cejas, lo hizo.
“En ese momento, comencé decirle a Dios, ‘Gracias, Gracias por esto,’” dijo Rebeca.
El Camino hacia la Recuperación
Para el personal de cuidados intensivos, fue un momento crucial. Había trabajo por hacer, pero Morris había pasado por lo peor de COVID-19.
“Estaba totalmente segura de que estábamos en la dirección correcta,” dijo Waldstein. “Una vez que comenzó a mostrar signos de que estaba bien mentalmente, comenzamos a desafiarlo rápidamente para que dejara de usar el ventilador.”
El ventilador se retiró definitivamente y se reemplazó con oxígeno suplementario el 1 de Julio. Mientras tanto, enfermeras, terapeutas respiratorios, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales estaban trabajando con Morris en tratamientos respiratorios, sentado y de pie por su cuenta, y otras actividades.
“Una vez que las personas demuestran que pueden seguir los comandos y que pueden trabajar un poco con nosotros, es como si alguién encontrará el gran botón verde de inicio y lo activará.” Dijo el Dr. Mukherjee. “Es una mejora exponencial.”
En las semanas anteriores, mientras Morris había estado inconsciente, Waldstein había sido otro hombro en el que Rebeca podía apoyarse. Ahora el sargento de instrucción que se describe a sí misma cambió de roles, empujando a Morris a hacer más para recuperar su fuerza. Sus cuidados exigentes, a veces cruzando la línea entre dando ánimo y malestar saludable, son algunos de los primeros recuerdos que tiene Morris después de despertar.
“Amy, era dura, pero me amaba tanto,” dijo Morris. “Ella quería que fuera mejor. Ella es increíble.”
El trabajo duro estaba dando sus frutos. El 2 de Julio, Morris tenía una válvula de habla conectada a su tubo de traqueotomía, y el Dr. Mukherjee hizo planes para darle de alta.
Al día siguiente, sacaron a Morris de Jennie Edmundson y se reunió con gran parte de su familia por primera vez desde mayo. Rodeado de miembros del personal y reporteros locales, Morris, Rebeca, Dr. Mukherjee y Tyson compartieron la inspiradora historia y Morris levantó la mano para aplaudir a su equipo del cuidado.
“Yo sé que Soy un milagro. Y yo sé muy bien que Dios puso ángeles en mi vida,” Morris más tarde dijo. “Dr. Mukherkee es uno de mis héroes, y todas las enfermeras que estuvieron allí. Yo nunca recibí tanto cuidado de personas como ellos.
Cuidado Inolvidable
Después de salir de Jennie Edmundson, Morris pasó una semana en un hospital de rehabilitación en Omaha y le quitaron el tubo de traqueotomía. Luego fue al Hospital Metodista para otra semana de rehabilitación antes de regresar a casa definitivamente el 17 de julio.
Mientras que muchos sobrevivientes de COVID-19 tienen problemas pulmonares y fatíga crónica, Morris ha superado las expectativas. El doctor Mukherjee continuará monitoreando los rayos X de los pulmones de Morris, pero es optimista sobre su salud física. También existen problemas de cognición que pueden enfrentar los pacientes con COVID-19. Morris se siente frustrado por la forma en que su mente parece funcionar lentamente a veces, y está superando el insomnio, la ansiedad y las pesadillas. Pero como tantos desafíos antes, está decidido a superarlos.”
“Ha tenido una actitud tan positiva durante todo el proceso,” dijo Dr. Mukherjee.
Morris ahora tiene el ojo puesto en regresar a la planta, construir su negocio y terminar el trabajo en su casa. En estos meses fuera del trabajo, la Fundación Jennie Edmundson ayudó económicante a su familia a través de su fondo de respuesta COVID-19. Junto con su seguro médico, que entró en funcionamiento dos semanas antes de que se enfermara, esa asistencia le ha permitido concentrarse en su curación.
Al recordar el tratamiento médico, los servicios de idiomas, la asistencia financiera y el apoyo emocional, Morris se maravilla del nivel de atención que él y su familia han recibido.
“Estoy tan impresionado, no solo porque tengo vida. Pero la cosa es, que soy muy importante para este lugar,” él dijo. “Estar en el corazón de las personas que trabajan en el hospital es importante para mí. Me hace fuerte y me hace sentir valioso. Eso es algo que los supervivientes de COVID-19 necesitan.”
Fotos y video por Daniel Johnson
More Resources
- Leer más sobre los intérpretes de lenguaje del Methodista.
- Leer más de la edición de invierno del 2020 de la revista The Meaning of Care.